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Excursión al monte Kwan-ak


Un gran día de senderismo en los alrededores de Seúl. No sabía de la existencia de este parque natural del monte Kwan-ak (algo así como la "corona", al que además se puede acceder desde un punto que está a apenas una estación de mi estudio.


El paisaje pronto empezó a cautivarme. El camino flanqueado por pinos (una variedad oriental en que la copa se extiende en dirección horizontal, los típicos que salen en la pintura tradicional con tinta china...) y, entre ellos, rocas (principalmente cuarcitas, o areniscas muy metamorfizadas) y granito, de formas caprichosas y que estimulan la imaginación, de ahí los nombres (el hipopótamo,la cara, etc.). Un recorrido similar a algunos de la Pedriza. El camino, bastante transitado. La gente, muy bien equipada para el senderismo: sus bastones de esquí, ropa deportiva, etc. Algunos excursionistas coreanos me saludan al verme: "hi", "hello"..., son muy amables con la gente de fuera y alguno hasta me pregunta de dónde vengo. Cuando se lo digo, la conversación pasa directamente al fútbol... :)

Uno de ellos, de unos 60 años, me pregunta más cosas,en inglés. Esto van un coreano y un español hablando inglés...jeje.

Idiomas La otra vez que estuve en Corea , procuraba aprovechar el tiempo para practicar el idioma tanto escrito como hablado. Ahora que he decidido qué quiero hacer con el idioma (traducción sólo escrita, la hablada no por una serie de movidas...), ya no intento establecer conversaciones largas ni poner en práctica expresiones difíciles (aunque siempre hay alguna excepción, por ej. una que aprendí ayer en clase la he usado hoy porque venía muy a propósito de la situación); por el contrario, mantengo con la gente local conversaciones sencillas con frases cortas. Así además es más fácil la comunicación y no se les hace tan pesado a ellos. Lo importante es que me entiendo con ellos para la mayoría de las cosas básicas. Para hablar de otros temas, recurro al inglés (también despacio, para no meter la pata, pero con frases más largas y más soltura que con el coreano), siempre y cuando la otra persona se siente cómoda con este idioma. Otras veces, una mezcla de una y otra lengua. Tras este inciso, sigo contando la conversación que mantuve con este excursionista veterano. Tocamos el fútbol, pero luego derivó hacia la historia universal, China, Grecia, etc, y la literatura, que al final es lo que me ha traído a Corea. Hasta hemos quedado en contacto para vernos otro fin de semana que coincidamos en la zona; el parque tiene varias rutas y dará para más de una excursión.
Un rato, en fin, muy agradable. Él me ha enseñado a coger agua de un pequeño pozo, en torno al cual han montado una zona de descanso, y hay disponibles unos cazos para servirse agua directamente del pozo, hasta un embudo para rellenarse botellas, cantimploras/anforitas, etc.. La profundidad del agua obliga casi a tumbarse para llegar a ella con el cazo y servirse. Tras un rato de descanso, nos separamos -él iba ya bajando- y sigo la marcha. disfrutando del buen tiempo y del ejercicio. En los descansos, me seco el sudor con una toalla, tomo agua y toco un poco la ocarina, grabando vídeos :) De repente, aparece la sorpresa del recorrido: un pequeño templo (budista) al borde de una pared rocosa prácticamente vertical. En la cumbre, llamada Ion-yu-de, un macizo de granito del que resaltan rocas de formas curiosas. Hay bastante gente e incluso un tenderete donde se ofrece agua, comida (tallarines, kimchi, y otras cosas de picar) a los excursionistas. Un descanso muy reparador. El kimchi se ofrece gratis con los tallarines. También me fijo en que la gente está tomando mak-kol-li, un licor conocido también como "vino de arroz", dulce y de aspecto parecido a la leche o la soja. Nada como un buen cuenco de este brevaje para compensar el sabor picante del kimchi y los tallarines, y la temperatura de éstos (se toman con agua muy caliente). Algo que resulta curioso de Corea es la costumbre de tomar platos muy calientes en pleno verano. Detras de este hábito está la idea de restablecer el equilibrio energético del cuerpo, que se pierde con el calor y el sudor (con el calor húmedo de Seúl, y sobre todo hoy con la subidita, yo iba hecho una sopa), evitando que haya una brecha amplia entre la temperatura ambiente y la corporal. Precisamente los cambios de temperatura (mucho calor en la calle y el aire acondicionado a toda pastilla en los edificios) es algo que me preocupa un poco de cara a posibles resfriados. al principio no apetece mucho tomar cosas calientes en verano, luego te acostumbras. Además como el clima es muy húmedo no es como en los climas continentales, donde el aire está muy seco en verano.. El caso es que, tras un rato en la cumbre, y visitar el templito, emprendí la bajada, unas 3 horitas (la subida me llevó 4), y no veía el momento de pasar de nuevo por el pocito de agua para hidratarme. Más abajo, un riachuelo y gente metiendo los pies en el agua, lo cual hice yo también. Durante la bajada, más gente me dio un momento de conversación, haciendo el recorrido más agradable. Me paré un par de veces a tocar la ocarina, y, en el arroyito, con el sonido del agua, junto con el descanso y el buen estado anímico que da la conexión con la naturaleza, hasta se me ocurrió una poesía, que al final probablemente sea prosa (está ahora en borrador...).

El camino (al menos sin el calzado adecuado), es resbaladizo tanto en las superficies limpias del granito y cuarcita como en los recovecos de roca desmenuzada. Todo el rato lo amenizan los pinos, las rocas de formas curiosas y el lejano paisaje urbano donde se reconocen edificios, el río Han (bastante caudaloso, en algunos tramos navegable), etc. El camino se va tendiendo hasta que se hace vía asfaltada. El paisaje cambia a chalets y pronto estamos en medio de una calle llena de carteles luminosos (son las 19:30) que pone fin a una jornada de desconexión de la bulliciosa ciudad y toma de contacto con la naturaleza. Desde lao alto, se divisaba el campus de la Seoul National University. A por los hidrólogos! (A por Velillos!), :o) Sólo mencionar que, durante la ruta, y en medio de aquellos paisajes tan agrestes como hermosos, pude ver una pista de aterrizaje para helicópteros, puestos de tiro,entradas de pasadizos, y otras estructuras de uso militar, que recuerdan la trágica historia reciente y la división (o doble mutilación) entre las dos coreas. En Seúl, cuando menos te lo esperas estás ante un símbolo de esta historia, o sea que probablemente saldrá el tema de nuevo en este blog.






























vistas desde el balcón del "tempietto" (pared rocosa, bosque con ruinas en el centro)

































2 comments:

Anonymous said...

Lui... muchas gracias por compartir esta agradable historia de un día de excursión por el monte, me alegra que hayas desconetado del agetreo de la ciudad y de lo que implica llegar e instalarte, etc... y sobre todo me gusta el hecho de que la gente sea tan amable contigo... Esperamos ver fotitos de este parque que parece ser un refugio adecuado para la inspiración lírica y musical...
Bss

Let

May said...

Hola esto es una prueba (habia escrito un comentario antes y no se ha grabado, y era un poco especial...prosa que me gustaba mucho, ahora me da pena que no esté).Me he dado de alta, si funciona.... escribo más. Besos Luis